lunes, 25 de mayo de 2009

Cocinando historias


Noctua es una lechuza y como todas las lechuzas vive y ve de noche.Este ave de grandes ojos tiene una peculiaridad que la hace diferente a las demás. Ella vuela siempre buscando una Flor. Una flor que un día soñó.Noctua tiene tres risueños amigos que la reciben y escuchan atentamente las historias que por el mundo ha contemplado. Son la Palmera Charlot, la higuera Curriteña y el Olivo Aceituno. Siempre será de noche porque es la hora en que los espíritus necesitan reposo y alimento. La hora en que nace la palabra que da forma a las historias.Como esta historia que está a punto de comenzar ya que en este mismo instante Noctua llega volando y entonando su eterna cancioncilla “un Buen encuentro vale más que siete vidas” .

Esta noche el Ave encandilará a las aceitunitas con la Leyenda de la Reina de la India ya que Oriente es el origen de todas las historias:
Hace muchos pero que muchos años, antes de que ninguno de nosotros ni vosotras hubierais nacido, hubo un lugar llamado el Rajastan. Fue el lugar en el que por aquel entonces nacieron Los Gitanos. Pueblo diestro en muchas artes. Pueblo que amaba la música, la danza. y la acrobacia. Tanto era así que era visto por los demás como un pueblo errante y titiritero.
Entonces ocurrió, como siempre sucede, y es que el lugar que estaba habitado por ellos fue conquistado por un hombre muy poderoso llamado Sha Jahan. Allí, hasta la ciudad de Agra llegaron los ejércitos del reino y tanto dentro como en los alrededores tomaron prisioneros a todos lo habitantes.Ese Rey y Sultán poderoso, de vuelta a Palacio, mandó que muchos de esos cautivos estuviesen encerrados. Ya nunca serían un pueblo libre.Una mañana que el Sultán, estaba paseando por sus cuadras, de repente, escucho un triste canto. El canto era tan bello y a la vez tan estremecedor que no pudo por menos que buscar el lugar de donde venía la fuente de esa voz, necesitaba saber la fuente de ese canto amargo.Finalmente la encontró, cepillando uno de sus hermosos caballos, allí estaba Mumtaz Mahal, la princesa de los Gitanos.Tal fue el impacto que el rey sufrió al verla, al mirar sus ojos y al escuchar su voz que, cuenta la leyenda, que se volvió ebrio y su corazón quedo petrificado para siempre. ¡Oh amor, por Dios, por Dios! En ese momento entendió que necesitaba unir su vida con la de esa persona.
El recuerdo le embargaba tanto el corazón que toda su vida perdería por ella y de oro su boca llenaría.Ella era la Luz del Cielo, traspasa las imágenes, puesto que lo que era bello era su Alma, si, su Alma.Así él se ofreció una y otra vez. Le ofreció una y otra vez todo su reino y ella se negó una y otra vez a ser su compañera. Así pasaron los días y conformaron las semanas, hasta que una buena mañana en la que el Sultán bajó de nuevo a sus cuadras, ella aceptó.
Ella aceptó con una condición. Aceptaría ser su esposa a cambio de la liberación de todo su pueblo. El Rey no lo dudo ni un segundo y libero a todos los habitantes de la ciudad de Agra y ella permaneció con él.
Entonces el mundo muerto del Rey revivió por el Mundo Vivo de la princesa.Al principio ella no sabía si fue por amor o por necesidad, no sabia si fue por amor a él o por amor a su pueblo. Y por necesidad de ver a su pueblo libre es por lo que hizo ese sacrificio.
Pero el tiempo pasa y el roce hace el cariño y eso fue lo que sucedió con el Rey y su joya, la Princesa..
Hasta que un día los ojos de la Reina de los gitanos se cerraron para siempre. El Rey sufrió la tristeza más grande que nunca habían visto.El rey del mundo se había vuelto nada sin su más preciada joya de palacio. Pensó que ya no tendría sentido su vida hasta que de repente atendió a esa plegaria que dice que las almas de los hombres y las mujeres se reencarnan en un eterno peregrinaje. Así y con esta chispa de esperanza inicio una Búsqueda.La reconocería por sus ojos, unos ojos inconfundibles, grandes, fuertes, en los que guardaba la libertad de todo un pueblo.
Así que si algún día vais a Agra vereis allí a un hombre sentado que tendrá ya largos cabellos y aun más largas barbas, justo en frente de un monumento llamado el Taj Mahal ya que esa fue esa la tumba que a su Joya el rey le dedicó.
Allí sentado espera Sha Jahan, espera desde hace muchísimo tiempo a que pase de nuevo la Reina. Puesto que por ser ella su misma existencia sabe que la reconocerá.La reconocerá solo con mirarla.Aunque, por el eterno peregrinar del pueblo gitano, es posible que ella no habite allí.
Aún es posible que os la podáis encontrar vosotras o nosotros, quizás en el supermercado, quizás en Escuela, quizás en un parque. En ese caso vosotros también la reconoceréis por sus inmensos ojos.
Justo entonces salió el Sol y Noctua cerró su pico.
ITA